El reciclaje de alimentos es la forma más sencilla de evitar el desperdicio de alimentos a través de los productos que se compran. Los productos Upcycled evitan el desperdicio de alimentos creando nuevos productos de alta calidad a partir de los alimentos sobrantes. Se trata de un enfoque innovador del despilfarro de alimentos porque es la primera solución basada en productos de consumo, lo que la hace altamente escalable y económicamente sostenible.
El upcycling de alimentos es una antigua tradición basada en la filosofía de utilizar todo lo que se tiene. Se trata de hacer más con menos, y de elevar todos los alimentos a su máximo y mejor uso. Sobre todo, se trata de reducir el desperdicio de alimentos, creando productos alimenticios nutritivos y de alta calidad a partir de los nutrientes que se pierden en nuestro sistema alimentario. ¿Pero qué es técnicamente la «comida reciclada»?
- Los alimentos reciclados se elaboran a partir de ingredientes que, de otro modo, habrían acabado en un destino de residuos alimentarios.
- Los alimentos reciclados son productos de valor añadido.
- Los alimentos reciclados son para consumo humano.
- Los alimentos reciclados tienen una cadena de suministro auditable.
- Los alimentos reciclados indican en sus etiquetas cuáles son los ingredientes reciclados.
¿Por qué Upcycle?
Los alimentos reciclados son cada vez más populares entre las pequeñas y grandes marcas de alimentación. Hay algunas buenas razones para fabricar alimentos reciclados:
- Es bueno para el medio ambiente. Cuantos menos alimentos se desperdicien, menor será la huella de carbono de ese producto concreto. La producción de alimentos a escala industrial requiere una cantidad increíble de recursos, desde agua hasta fertilizantes, pasando por el almacenamiento y el transporte. Pero el coste medioambiental no acaba ahí: los residuos alimentarios suelen acabar en un vertedero, produciendo gases de efecto invernadero.
- Es rentable. El upcycling de los alimentos hace que pasen de ser un residuo que tiene un valor monetario cero (y que, de hecho, puede costar dinero, ya que hay que eliminarlo) a ser un ingrediente valioso. Este ingrediente puede utilizarse en los productos de esa empresa o venderse a otra. Para la empresa compradora, los alimentos reciclados suelen ser mucho más baratos que la compra de productos crudos.
- Son buenas relaciones públicas. En los últimos años, el público se ha preocupado cada vez más por el desperdicio de alimentos, ya que la preocupación por el cambio climático ha aumentado. Tomar medidas proactivas como ofrecer productos con alimentos reciclados puede hacer que una empresa sea más atractiva para los compradores.
Pongamos unos ejemplos para verlo todo más claro: MOA Foodtech, una empresa española que combina la biotecnología y la inteligencia artificial para transformar residuos y subproductos de la industria agroalimentaria en una proteína de nueva generación» de alto valor nutricional y 100% sostenible. En la misma línea, la empresa QOA ha encontrado una forma de reciclar los residuos industriales de alimentos, utilizando fermentación, y crear un nuevo producto con sabor a chocolate sin la necesidad de utilizar cacao. Por otra parte, la utilización de los residuos del proceso de la cerveza se está convirtiendo en un negocio. Agrain®, una empresa de Dinamarca, transforma subproductos de la producción de cerveza y whisky en alimentos cotidianos como harinas, cereales, o galletas.
Las frutas y verduras que de otro modo se habrían desperdiciado, representa otra gran oportunidad dentro del mercado. Tanto si se trata de entregar cajas llenas de productos “feos” como lo hace la empresa Oddbox en el Reino Unido, o convirtiendo verduras y hortalizas «feas» en chips vegetarianos como Confetti Snacks, con sede en Singapur, son muchas las oportunidades que tienen los residuos y subproductos en la industria alimentaria.
Los alimentos reciclados son ahora un término oficialmente definido, lo que, según sus defensores, fomentará un mayor apoyo de los consumidores y la industria a los productos que ayudan a reducir el desperdicio alimentario. El upcycling lleva varios años ganando terreno en los movimientos alimentarios alternativos, pero nunca se había definido oficialmente.
1.300 millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año, lo que representa alrededor del 30% de todos los alimentos producidos en el mundo (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) y los estudios demuestran que las deficiencias estéticas cuestan a los agricultores el 20% de su cosecha cada año. Cuando los alimentos se pudren, emiten metano, un gas 20 veces más nocivo que el CO2, y dado que el desperdicio de alimentos es responsable de la producción de 70.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, es decir, el 8% de las emisiones antropogénicas mundiales al año, tiene sentido desde el punto de vista medioambiental evitar tirar alimentos en perfecto estado. The Ugly Company, que convierte la fruta «imperfecta» en aperitivos de fruta deshidratada, evitó el año pasado que 64.8029 kgs de fruta fresca «fea» fueran a parar al vertedero. Este año, la marca tiene previsto evitar que 2.086.524.9 millones de fruta «fea» se conviertan en residuos alimentarios.
En un informe realizado sobre los alimentos reciclados, se señalaba que la percepción del público hacia la idea de los alimentos reciclados representa el reto más difícil de resolver. El estudio afirmaba que, dado que los alimentos reciclados contienen ingredientes que de otro modo no se utilizarían para el consumo humano, la neofobia a los alimentos (la reticencia a comer, o la evitación de nuevos alimentos) y la tecnofobia (el miedo o la aversión a las nuevas tecnologías) pueden influir en su aceptación. Por lo tanto, podría ser útil que las marcas se centraran en promocionar los beneficios de estos productos para ayudar a promover una mayor aceptación por parte de los consumidores. Muchos famosos, como la supermodelo Gisele Bündchen, el presentador John Oliver y el chef Jamie Oliver, han hablado sobre el despilfarro de alimentos, y Jamie Oliver ha declarado que si la gente tuviera «la mitad de idea de la cantidad que se desperdicia, estaría comprando verduras feas a montones».