Gastón Acurio, el cocinero que puso a comer corazón de vaca a políticos y empresarios en España vuelve a Madrid
Tenía 19 años, acababa de matricularse en una escuela de cocina madrileña a escondidas de su familia (quienes pensaban que estudiaba Derecho en la Complutense) cuando cogió un autobús y se fue directo al restaurante Arzak. Aquella cena a mediados de los ochenta le cambió la vida. “Me gasté todo mi dinero de estudiante. Me senté en el salón solo y los camareros me miraban pensando ‘este sudamericano se va a ir sin pagar’. Me marcó tanto aquella cena que aún recuerdo lo que comí: un pastel de cabracho que había visto en todas las revistas, un pato azulón con frutas, un canutillo con crema y mi botella de Gran Feudo Chivite rosado, que era el vino de la casa. Al terminar, cuando vi salir a Arzak vestido de blanco para saludar a las mesas, pensé: ‘Esta es la vida que yo quiero tener”.
Gastón Acurio (Lima, 58 años) regresó a Lima y abrió en 1994 su primer restaurante, Astrid & Gastón, junto a su mujer Astrid Gutsche. “Gracias a ella se llena el restaurante de magia a diario. Lleva más de 30 años yendo mesa por mesa, en almuerzo y cena”, cuenta Acurio. Lo hace en Madrid, sentado en una de las mesas del nuevo restaurante La Mar, aún cerrado al público, mientras un ejército de personal de sala entrena el servicio a su alrededor. “Llevan un mes de training. Queremos estar a la altura de las expectativas, que son grandes”. Abrirá el próximo 27 de marzo en la avenida del General Perón, junto al estadio Bernabéu, y convertirá a Madrid en una de las 18 ciudades repartidas en 10 países diferentes (en España ya cuenta con Yakumanka by Gastón Acurio, en Barcelona), en las que el cocinero peruano tiene restaurantes.